jueves, 31 de marzo de 2011

Deontología del abogado.


La vocación del abogado puede compararse al ideal de Don Quijote: hacer justicia y desfeacer entuertos, defender a los menesterosos, consagrar la vida a que triunfe la verdad, la libertad, la justicia y el derecho, luchando sin desmayar, con valor a toda prueba que jamás desfallezca. La caballería es una ciencia que encierra en si todas o las mas ciencias del mundo, a causa de que el que al profesa ha de ser jurisperito, y saber las leyes de la justicia distributiva y conmutativa para dar a cada uno lo que es suyo y le convine…

A hora bien la comparación de la abogacía con la antigua caballería establece que los caballeros, y lo mismo podríamos decir de los abogados, debían sobresalir en cuatro virtudes: la cordura, la fortaleza, la prudencia y la justica. No se trata de que el abogado sea como el caballero andante un perpetuo derrotado. El abogado debe triunfar, olvidando las derrotas. Soportar una censura injusta es algo que conlleva la profesión. Ángel Osorio decía ¨debajo de la toga hay que llevar coraza”. Guiarse por criticas infundadas o por el que dirán es una defeccion y una cobardía inaceptable. El abogado debe triunfar, pero para eso debe actuar con prudencia. Como los fines de al antigua caballería, los móviles de la actividad del abogado son muy nobles: colaborar a que la convivencia humana se desenvuelva con orden y justicia, libertad y seguridad jurídica y, por tanto, en paz social. Al abogado que no ame, sobre todo la justicia, le falta el alma a la profesión.

Lo anterior representa el gran reto de ennoblecer la profesión, ya que la corrupción de la justicia ocupa uno de los primero lugares en nuestro país. Desafortunadamente tienen en esto una buena cuota de responsabilidad. De ahí la importancia de dignificar la profesión y luchar denodadamente por desterrar la corrupción en el ámbito jurídico. Por desgracia, un grupo pequeño de abogados sin escrúpulos pueden dañar gravemente al profesión, pues como dice Lieber: “ Es absurdo imaginar que la sociedad formula leyes a costa de sacrificios, para autorizar en seguida a una clase de hombres hábiles por su talento, para burlar sus prescripciones”.









Conclusión.- Esta debería ser utilizada por todos los abogados y sobre todo hoy, si, hoy que nuestra profesión se encuentra mas denigrada que nunca, si nosotros como principiantes en esta humilde profesión hacemos nuestra la deontología y tenemos la voluntad para llevarla acabo.

Bibliografía Deontología jurídica de Víctor Méndez Pe pág.151-152

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